La educación como un proceso social busca el desarrollo integral de los sujetos, desarrollar en ellos las competencias necesarias para que puedan interactuar en su ámbito y con sus semejantes. De ahí la gran importancia de la labor que desarrollan los docentes en quienes recae directamente la acción de ofrecer un acompañamiento didáctico para que los educandos puedan tomar decisiones asertivas que coadyuven en la construcción de un sistema social diferente, que responda a las demandas sociales actuales.
Las oportunidades para que los adolescentes puedan preparase son ilimitadas hoy en día, los avances científicos y tecnológicos han abierto una gama de carreras en las cuales se pueden elegir; la educación que actualmente se imparte y reciben los adolescentes ha dado un giro de 180°. Hoy con todos los avances científicos y tecnológicos, en la era del conocimiento, donde hay diversos medios para que el alumno pueda acercarse a los conocimientos, son más las generaciones que ingresan al nivel superior. Hace una década esta situación era diferente, sobre todo para aquellas personas que vivían en zonas rurales, donde la discriminación de género se acentúa, limitando las expectativas de las mujeres.
Una de las situaciones más difíciles en la vida de los adolescentes es elegir una carrera, ya que de esta decisión depende en gran parte todo su futuro, en mi caso, cuando llegó el momento de elegir que haría con mi vida en el ámbito profesional me incline por la docencia, por tres razones:
•La primera es que desciendo de una familia de maestros, mi abuelo fue docente rural forjado bajo el crisol de la Normal de Tenería, mi padre fue maestro egresado de en esta misma institución. Mi abuelo tuvo 14 hijos de los cuales 10 son maestros de formación, todos ellos casados con compañeros del gremio, en casa no se hablaba otra cosa que no tuviera que ver con la noble tarea de enseñar, la forma de “ enseñar” cualquier tema por muy complicado que este fuera, las reformas educativas, los nuevos planes y programas de estudio. Si este o aquel curso era necesario para poder seguir vigente en las aulas (porque aunque no lo crean mi familia considera que los docentes también tenemos una fecha de caducidad, por lo que es importante la actualización docente.
•En segundo lugar, mi maestro de primer grado de primaria, fue mi padre, quien no con toda la paciencia del mundo me enseño el complicado mundo de las grafías, lo que me llevaba a pensar que debía haber otra forma de enseñar, no todo eran zapes y regaños. Planas y planas de cosas sin sentido.
Durante toda mi vida escolar siempre tuve la fortuna (en aquel entonces creía que era una maldición por algún pecado cometido en otra vida) que algún familiar fuera mi maestro (a), lo que conllevaba a que cuando alguno de ellos se ausentaba del aula me dejaba encargada del grupo para realizar los ejercicios. Pero también era a la que exigían más, porque era una gran responsabilidad quedar al frente de un grupo (quizás de ahí nació en mí el ideal de prepararme para estar al frente.
Recuerdo que cuando cursaba cuarto grado de primaria mi madre solía llevarme a su escuela y dejar que yo le contará cuentos a sus alumnos; en alguna ocasión cuando ella regresaba al aula y unos niños estaban corriendo por el salón me regaño porque no era capaz de controlar al grupo, eso dejó una gran huella en mi, de ahí que siempre estuviera en busca de formas que mantuviera al grupo entretenido, esto dicho sea de paso, siempre me ha dado gran confianza para hablar en público de cualquier tema.
•En tercer lugar porque la escuela pública más cercana para estudiar la preparatoria era la Preparatoria Anexa a la Normal de Ixtlahuaca, para educadoras, quienes se caracterizaban por su elegancia, lo hacendosas que eran, pero sobre todo porque todas las maestras que nos daban clases en la prepa trabajaban en la licenciatura, y todas las actividades siempre estaban directamente ligadas a la tarea de enseñar. En esta escuela existían grupos de niños que cursaban el “kínder “, y cuando faltaba alguna maestra nos llevaban a nosotras atender a los grupos.
Con toda esta carga cuando elegí que carrera estudiaría, elegir la docencia fue lo más natural, sentí que toda mi corta vida me había preparado para dar este gran paso. Durante 6 años estuve en una normal de educadoras pero descubrí que esto no era lo mío, los niños en edad preescolar requieren un acompañamiento didáctico muy minucioso, un descuido y puede ser mortal o formarles traumas que los marcarán de por vida, por lo que en los dos últimos años de la carrera me trasladaron a la Escuela Normal de San Felipe del Progreso para que Estudiara la Lic. En Educación primaria, egrese en el año 1994, en aquel entonces me tocó trabajar en una comunidad con algunos problemas, recuerdo que trabaje escasamente 2 meses en este nivel, dos semanas sin grupo, porque como se aproximaba el 16 de septiembre los papás no los enviaban por los gastos que se originan, trabaje otras dos semanas con 6 grado y una semana con segundo, esta situación provocó que buscará otros horizontes y gracias a que había sido el mejor promedio de mi generación y durante mi vida estudiantil había participado en varias actividades desde foros, congresos , concursos de oratoria y poesía, clubs de danza, rondalla, banda de guerra, en octubre solicité horas en la Escuela Preparatoria Oficial No. 63.
Fue así como ingrese al nivel medio superior como horas clase, me desempeñe en este puesto durante 8 años, combinando el horario laboral como docente de la Lic. En Educ. Prim., con el tiempo me cambie a orientador, fungiendo como coordinador de un modulo a distancia. Con el paso del tiempo cambie de puesto al de Secretario Escolar, combinando este con algunas horas en Posgrado.
En este breve recorrido del porque soy maestro me doy cuenta que siempre me ha gustado trabajar en las aulas, y como siempre trabaje en zonas rurales con un alto índice de marginación, en lo que siempre llame el corazón del pueblo mazahua, descubrí que la tarea que me había sido encomendada requería un mayor compromiso de mi parte, sé que en transitar uno comente múltiples errores pero hasta la fecha siempre me he sentido satisfecha con los resultados, quizás el trabajo del ser docente lo he aprendido por ensayo y error, cuando inicie tenía el ímpetu y las ansias pero me faltaba la experiencia, hay a años luz de distancia lo que me reconforta es que mis alumnos leyeron en su momento lo quizás jamás podrían volver a leer, ahora, que ya son profesionales, me los llegó a encontrar agradecen y consideran que lo que aprendieron conmigo les ha servido para la vida.
Quizás la nota amarga ha sido que durante mucho tiempo creía que la única manera de lograr algo con los alumno era presionándolos, siendo una maestra extremadamente exigente, que cuidaba la presentación, las formas, pero también siempre me preocupe por acercar a los adolescentes al mundo de la cultura, recuerdo que en aquellos años asistíamos al teatro, llevábamos a la escuela a algunos escritores, cantantes, poetas para que compartieran sus experiencias con los alumnos.
Hoy con varios cursos encima he descubiertos que la comunicación y el respeto por el otro obra maravillas, que un docente debe ser filosóficamente débil, pero pedagógicamente fuerte, donde los escenarios didácticos fortalecen el proceso de enseñanza – aprendizaje (porque yo al igual que Jimeno Sacristán considero que este binomio es indisoluble).
Sé que queda mucho por hacer pero estoy justo en la mitad de mi vida profesional, donde debo analizar como ha trastocado la docencia toda mi vida, para la gente deje de ser Ethel para convertirme en “maestra”, como varios de mis sueños se han cristalizado a través de mis alumnos, sus sueños se volvieron mis metas (en consideración a que el inicio de cada curso escuchaba las expectativas que ellos tenían desprendido de ella varias de las actividades que realizábamos en el aula).
Queda mucho por hacer, pero sigo dispuesta a hacerlo.
Las oportunidades para que los adolescentes puedan preparase son ilimitadas hoy en día, los avances científicos y tecnológicos han abierto una gama de carreras en las cuales se pueden elegir; la educación que actualmente se imparte y reciben los adolescentes ha dado un giro de 180°. Hoy con todos los avances científicos y tecnológicos, en la era del conocimiento, donde hay diversos medios para que el alumno pueda acercarse a los conocimientos, son más las generaciones que ingresan al nivel superior. Hace una década esta situación era diferente, sobre todo para aquellas personas que vivían en zonas rurales, donde la discriminación de género se acentúa, limitando las expectativas de las mujeres.
Una de las situaciones más difíciles en la vida de los adolescentes es elegir una carrera, ya que de esta decisión depende en gran parte todo su futuro, en mi caso, cuando llegó el momento de elegir que haría con mi vida en el ámbito profesional me incline por la docencia, por tres razones:
•La primera es que desciendo de una familia de maestros, mi abuelo fue docente rural forjado bajo el crisol de la Normal de Tenería, mi padre fue maestro egresado de en esta misma institución. Mi abuelo tuvo 14 hijos de los cuales 10 son maestros de formación, todos ellos casados con compañeros del gremio, en casa no se hablaba otra cosa que no tuviera que ver con la noble tarea de enseñar, la forma de “ enseñar” cualquier tema por muy complicado que este fuera, las reformas educativas, los nuevos planes y programas de estudio. Si este o aquel curso era necesario para poder seguir vigente en las aulas (porque aunque no lo crean mi familia considera que los docentes también tenemos una fecha de caducidad, por lo que es importante la actualización docente.
•En segundo lugar, mi maestro de primer grado de primaria, fue mi padre, quien no con toda la paciencia del mundo me enseño el complicado mundo de las grafías, lo que me llevaba a pensar que debía haber otra forma de enseñar, no todo eran zapes y regaños. Planas y planas de cosas sin sentido.
Durante toda mi vida escolar siempre tuve la fortuna (en aquel entonces creía que era una maldición por algún pecado cometido en otra vida) que algún familiar fuera mi maestro (a), lo que conllevaba a que cuando alguno de ellos se ausentaba del aula me dejaba encargada del grupo para realizar los ejercicios. Pero también era a la que exigían más, porque era una gran responsabilidad quedar al frente de un grupo (quizás de ahí nació en mí el ideal de prepararme para estar al frente.
Recuerdo que cuando cursaba cuarto grado de primaria mi madre solía llevarme a su escuela y dejar que yo le contará cuentos a sus alumnos; en alguna ocasión cuando ella regresaba al aula y unos niños estaban corriendo por el salón me regaño porque no era capaz de controlar al grupo, eso dejó una gran huella en mi, de ahí que siempre estuviera en busca de formas que mantuviera al grupo entretenido, esto dicho sea de paso, siempre me ha dado gran confianza para hablar en público de cualquier tema.
•En tercer lugar porque la escuela pública más cercana para estudiar la preparatoria era la Preparatoria Anexa a la Normal de Ixtlahuaca, para educadoras, quienes se caracterizaban por su elegancia, lo hacendosas que eran, pero sobre todo porque todas las maestras que nos daban clases en la prepa trabajaban en la licenciatura, y todas las actividades siempre estaban directamente ligadas a la tarea de enseñar. En esta escuela existían grupos de niños que cursaban el “kínder “, y cuando faltaba alguna maestra nos llevaban a nosotras atender a los grupos.
Con toda esta carga cuando elegí que carrera estudiaría, elegir la docencia fue lo más natural, sentí que toda mi corta vida me había preparado para dar este gran paso. Durante 6 años estuve en una normal de educadoras pero descubrí que esto no era lo mío, los niños en edad preescolar requieren un acompañamiento didáctico muy minucioso, un descuido y puede ser mortal o formarles traumas que los marcarán de por vida, por lo que en los dos últimos años de la carrera me trasladaron a la Escuela Normal de San Felipe del Progreso para que Estudiara la Lic. En Educación primaria, egrese en el año 1994, en aquel entonces me tocó trabajar en una comunidad con algunos problemas, recuerdo que trabaje escasamente 2 meses en este nivel, dos semanas sin grupo, porque como se aproximaba el 16 de septiembre los papás no los enviaban por los gastos que se originan, trabaje otras dos semanas con 6 grado y una semana con segundo, esta situación provocó que buscará otros horizontes y gracias a que había sido el mejor promedio de mi generación y durante mi vida estudiantil había participado en varias actividades desde foros, congresos , concursos de oratoria y poesía, clubs de danza, rondalla, banda de guerra, en octubre solicité horas en la Escuela Preparatoria Oficial No. 63.
Fue así como ingrese al nivel medio superior como horas clase, me desempeñe en este puesto durante 8 años, combinando el horario laboral como docente de la Lic. En Educ. Prim., con el tiempo me cambie a orientador, fungiendo como coordinador de un modulo a distancia. Con el paso del tiempo cambie de puesto al de Secretario Escolar, combinando este con algunas horas en Posgrado.
En este breve recorrido del porque soy maestro me doy cuenta que siempre me ha gustado trabajar en las aulas, y como siempre trabaje en zonas rurales con un alto índice de marginación, en lo que siempre llame el corazón del pueblo mazahua, descubrí que la tarea que me había sido encomendada requería un mayor compromiso de mi parte, sé que en transitar uno comente múltiples errores pero hasta la fecha siempre me he sentido satisfecha con los resultados, quizás el trabajo del ser docente lo he aprendido por ensayo y error, cuando inicie tenía el ímpetu y las ansias pero me faltaba la experiencia, hay a años luz de distancia lo que me reconforta es que mis alumnos leyeron en su momento lo quizás jamás podrían volver a leer, ahora, que ya son profesionales, me los llegó a encontrar agradecen y consideran que lo que aprendieron conmigo les ha servido para la vida.
Quizás la nota amarga ha sido que durante mucho tiempo creía que la única manera de lograr algo con los alumno era presionándolos, siendo una maestra extremadamente exigente, que cuidaba la presentación, las formas, pero también siempre me preocupe por acercar a los adolescentes al mundo de la cultura, recuerdo que en aquellos años asistíamos al teatro, llevábamos a la escuela a algunos escritores, cantantes, poetas para que compartieran sus experiencias con los alumnos.
Hoy con varios cursos encima he descubiertos que la comunicación y el respeto por el otro obra maravillas, que un docente debe ser filosóficamente débil, pero pedagógicamente fuerte, donde los escenarios didácticos fortalecen el proceso de enseñanza – aprendizaje (porque yo al igual que Jimeno Sacristán considero que este binomio es indisoluble).
Sé que queda mucho por hacer pero estoy justo en la mitad de mi vida profesional, donde debo analizar como ha trastocado la docencia toda mi vida, para la gente deje de ser Ethel para convertirme en “maestra”, como varios de mis sueños se han cristalizado a través de mis alumnos, sus sueños se volvieron mis metas (en consideración a que el inicio de cada curso escuchaba las expectativas que ellos tenían desprendido de ella varias de las actividades que realizábamos en el aula).
Queda mucho por hacer, pero sigo dispuesta a hacerlo.